El ‘boom’ de bicicletas y patinetes eléctricos anticipa un jugoso nicho en su reparación y mantenimiento, un proceso que exige una alta cualificación.
La revolución de la movilidad urbana ha llenado las calles de las ciudades de bicicletas y patinetes eléctricos. Ese ‘boom’ abre ahora la puerta a un nuevo nicho de mercado para el mantenimiento y la reparación, en la que poco a poco se van posicionando pequeños talleres y también fabricantes y distribuidores. La oportunidad es grande, pero el negocio aún está en la línea de salida. La especialización en la reparación aún no cubre la demanda y exige además ciertos estándares que condicionan que cualquiera pueda dedicarse al tema. Un ámbito en el que los actores de la cadena tienen a considerar múltiples herramientas para brindar un servicio seguro al cliente.
Desde la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), el secretario general, Jesús Freire, sostiene que, dentro de la sociedad las bicicletas eléctricas representan a más del 70% de la facturación del sector (fabricantes, importadores y distribuidores) y acoge a casi 70 empresas. Las cifras de esta organización confirman el crecimiento de vector de la nueva movilidad. Si en 2014 se vendieron 17.000 bicicletas eléctricas, en 2022 se alcanzaron las 236.183. Un porcentaje reducido del total de 1,4 millones puestas en el mercado, aunque «representaron aproximadamente el 45% de la facturación», detalla el secretario general de Ambe.
El reto ahora es proporcionar al cliente la posibilidad de alargar la vida de sus máquinas. Freire sostiene que AMBE tiene un grupo de trabajo sobre formación profesional para abordar cuestiones de mecánica en las fábricas y talleres de España. «Una de las principales preocupaciones es la falta de personas cualificadas y de una formación profesional reglada para el montaje y reparación de bicicletas y patinetes eléctricos. Hablamos de necesidades de contratación muy altas», afirma.
Otro aspecto importante es el rigor técnico que exige el tratamiento de las baterías de estas bicicletas y patinetes. Sobre este aspecto, el secretario general de AMBE, sostiene que los fabricantes y talleres se rigen por la directiva europea que garantiza la seguridad de las baterías de litio de estos sistemas, al igual que la de otros productos. Freire hace hincapié en la seguridad que se requiere para manipular estos elementos, y apunta que se debe acudir al fabricante para estas tareas. Pero más allá de estas consideraciones, Freire explica que el mantenimiento de esta máquinas para garantizar su eficiencia no solo es posible sino bastante económico; el gasto medio está entre los 60 y 100 euros por bicicleta al año. lo que la vuelve extremadamente eficiente.
Nueva vida
La necesidad es evidente, y las empresas empiezan a dar respuestas. GDV Mobility lleva diez años en el sector de la bicicleta eléctrica, y fundaron el taller hace dos años. «Antes parecía que estos vehículos eran de usar y tirar, pero nosotros empezamos a trabajar en todo lo que es el sistema de distribución», explica. La empresa es una distribuidora de repuestos para vehículos eléctricos en Europa y también trabaja en la recuperación de baterías, según explica su CEO y cofundador Germán Agullo. Uno de los primeros objetivos es brindan un servicio de entrega de las piezas en cuatro horas, lo que permitiría que los usuarios tengan sus vehículos en menos de 24. Respecto a las baterías, «desarrollamos un método patentado que nos permite recuperarlas a un 80% de vida y 95% de capacidad. Además, contamos con un volumen que nos permite trabajar para grandes marcas, ya que abrimos una fábrica». En concreto, están haciendo pedidos bastante fuertes: entre 10.000 a 12.000 baterías. Agullo subraya además que el nuevo negocio de las reparaciones comienza a coger velocidad.. «Los talleres crecen a un volumen muy alto. Ahora se han multiplicado por diez en comparación al 2019», afirma. Aúna sí, comenta que su empresa tiene muchos filtros para que otros talleres puedan ofrecer sus productos. «Nosotros tenemos que conocer al cliente. Ya sea que realicemos una videollamada de 15 minutos o que visitemos, y vemos la experiencia».
Cambio de marcha
Rollerbike, en Logroño, es una de esas tiendas especializadas en a la venta y reparación de bicicletas eléctricas y patines. Su fundador, Rui Ribeiros, explica que su negocio, fundado hace 13 años con su pareja, surge de la pasión de Ribeiros por las bicicletas y de sus estudios de mecánica. «Abrimos ante el crecimiento de la demanda, pero luego empezaron a abrir muchas tiendas, y no podemos competir con las grandes plataformas. Por ello, nuestro negocio se basa cada día más en el taller de reparación», explica. Aun así, el fundador comenta ciertos requisitos que debe complementar, como temas de mecánica y electrónica —que avanza a pasos agigantados— que ofrecen las grandes empresas para que puedas acceder a reparar sus productos. «Las bicicletas eléctricas de alta gama llevan mucho de electrónica y las empresas no dejan que otros talleres las reparen», expone.
Ribeiros explica que para su negocio le compran a casi 100 proveedores, una vez a la semana. «Nosotros vendemos de todo, pero pienso que el futuro es el taller», precisa- Además, comenta que desde Rollerbike intentan trabajar con todos para poder dar un servicio a todas las marcas. «Trabajamos con particulares y con marcas. Alguna vez ha venido al Ayuntamiento para que reparemos las bicicletas eléctricas de la policía. También reparamos bicicletas y patinetes de empresas de reparto», comenta.
La Clínica de la Bicicleta, una tienda y taller de reparación de bicicletas en Málaga, surgió en 2002, pero fue tras un viaje por Europa en 2013 y 2014 cuando el negocio cobró un nuevo giro, cuenta su fundador, Alejandro Garrido. «El vehículo principal y prioritario de países como Alemania, Bélgica o Austria era la bicicleta, y la eléctrica se encontraba en pleno apogeo», sostiene. Comenta que empezaron a trabajar con una marca alemana para redirigir su negocio a la movilidad sostenible y el cicloturismo, aunque resalta que el enfoque de los negocios en España de bicicletas eléctricas tiende a ser deportivo.
El fundador explica que ya el 2016 se mudaron a un local más grande y se centraron en la reparación. Y para ello han seguido cursos de formación que permiten reparar pequeñas incidencias, ya que de surgir algún problema grave, lo envían a la fábrica a que se haga reparaciones. «Por lo general, los motores no están hechos para abrir y mantenerlos» concluye.
El director Comercial de Quatrotec, David Palomo, menciona que son la segunda marca en ventas de patinetes eléctricos en el territorio nacional, con una red extensa de talleres. «Nosotros viajamos mucho por Asia, principalmente China, y es ahí donde vimos que existían muchas soluciones de micro movilidad. Es ahí cuando en el 2015 fundamos la marca SmartGyro, centrada en los patinetes eléctricos», explica.
CLÁSICOS ENCHUFADOS AL CAMBIO
La electrificación abre oportunidades a nuevas empresas, pero también a veteranos del sector. El grupo Soriano, que comenzó su trayectoria en 1903 impulsando el avance de los motores de combustión interna, apostó a partir de 2019 por implementar la tecnología de los vehículos eléctricos. La apuesta del grupo, según su CEO, Marco Antonio Soriano, son los vehículos técnicamente avanzados, de alto rendimiento y de costos competitivos. Y ahora, apoyado en la experiencia de Harley-Davidson, también se lanzarán el próximo año a la fabricación y distribución de bicicletas eléctricas, con un lote inicial de 5.000 unidades. Un nuevo vector dentro de una estrategia que apunta a la internacionalización y a la unión de vanguardia y clasicismo. «La innovación y la tradición, además de la elegancia, imponen un estilo de vida y todo esto lo estamos implementando», afirma Soriano.
Palomo explica que cuentan con puntos concretos para que los usuarios puedan arreglar sus vehículos, a través de la red de talleres oficiales aliados, y no tengan que esperar días. Palomo resalta especialmente que los patinetes tienen la necesidad de que sean manipulados por un profesional y por un experto en la materia, para que no se ponga en riesgo el bien. «Si lo ponemos en manos de cualquier taller para que sea manipulado, nos arriesgamos como marca, por ello decidimos poner los medios para que los usuarios puedan reparar sus patinetes» afirma.
Cuando no había nadie
Un pionero es Biobike, que surgió ya en 2008 con la idea de de encontrar un nicho de mercado de las bicicletas eléctricas, que entonces no eran populares. El socio y fundador, Alejo Bastos, explica que el principal cometido de la empresa es la reparación de bicicletas eléctricas y la fabricación de baterías de litio. «La sustitución de componentes no es compleja, lo complicado es la identificación del diagnóstico y para ello es necesaria la experiencia», explica. Bastos sostiene que la empresa solo trabaja con marcas europeas, que ya conocen. Además, dada su experiencia, es más fácil que puedan acceder a este tipo de repuestos.
Con relación a las baterías, el fundador de Biobike, apuesta por la renovación de las baterías, ya que sostiene que no siempre es un problema de degradación, considerando además que la batería en muchas bicicletas es un 30-40% del precio final.
La carrera empresarial ha comenzado, y ahora es el momento del acelerón para un nicho que cubre un sector altamente especializado y con gran demanda.